La lingüística

Al nacer, el bebé está al máximo de sus capacidades.
A. Tomatis
ha demostrado la existencia de frecuencias específicas para cada idioma, que el niño pequeño es capaz de escuchar y reproducir. Al crecer con un solo idioma, el niño pierde gradualmente sus habilidades. Sus músculos y órganos auditivos y linguales no se activan y se atrofian gradualmente, lo que dificulta la comprensión y reproducción de ciertos sonidos.

¡Exponer al niño a aprender un idioma extranjero desde una edad temprana le permite activar todo su potencial fisiológico!